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Antonio Zabálburu, actor: «Tengo ya casi más carrera de médico»

El televisivo doctor Sotomayor descubre a un Pirandello cómico en 'Tantas voces' mientras prepara el estreno de su película 'Malas noticias'

Antonio Zabálburu está a punto de estrenar 'Malas noticias', largometraje con el que ya se ha descubierto como productor en diversos festivales. :: ROBERTO VILLALÓN

No le atrae la Medicina. Nunca lo ha hecho, a pesar de que viene de una familia con tradición de bata blanca. Sin embargo, curiosamente, para el gran público es el doctor Sotomayor. Pocos lo conocen como Antonio Zabálburu -por cierto, mucho menos serio que el médico-. Casi once años en la serie de Telecinco 'Hospital central' han popularizado a este bilbaíno de 36 años que se inició en la interpretación empujado por su fascinación por el cine. El teatro fue su primera escuela. Actualmente, da buena cuenta de su versatilidad compaginando las tablas con la televisión y la gran pantalla (está a punto de estrenar su primer largometraje como productor, 'Malas noticias'). La prueba está en 'Tantas voces', obra con la que pasaba recientemente por el XXVII Festival de Teatro de Málaga bajo la dirección de Natalia Menéndez. En ella descubre el lado cómico de Luigi Pirandello a través de sus últimos cuentos.
-'Tantas voces', Luigi Pirandello, imagino que impone...
-Sí, pero es que está tan bien escrito todo que ayuda mucho y, por supuesto, también trabajar con Natalia Menéndez y compañeros con tanta experiencia como Lola Casamayor o Juan Ribó.
-Y casi cuarenta personajes para siete actores.
-Sí, sí, es muy divertido, sobre todo para las chicas, que tienen muchos cambios de ropa, nosotros lo tenemos un poco más fácil.
-En su caso, tiene que cambiarse en cinco ocasiones. ¿No tenía bastante con un solo personaje?
-No (risas), bueno, nadie tenía bastante con uno.
-¿Y con cuál se queda?
-Para mí, el más interesante es el de 'Limones de Sicilia', en el que interpreto a un músico perdido de amor en busca de su amada, pero al final se lleva un chasco. Es precioso ver cómo este hombre se encuentra en un marco que no tiene nada que ver con él y se enfrenta a la cruda realidad del engaño. Los otros cuatro personajes son más anecdóticos.
-Pero en esta obra hay de todo.
-Sí, es verdad, cada cuento es un género diferente, pasamos de la fantasía a la fábula, y del realismo al misterio.
-Se descubre a un Pirandello desconocido.
-Sí, un Pirandello con mucho sentido del humor. Exceptuando el cuento 'El hombre de la flor en la boca', que es más dramático, todos tienen mucha dosis de humor.
-Hace falta mucha versatilidad.
-Sí, interpretamos personajes muy diferentes, desde campesinos hasta una cantante de ópera, un abogado e incluso un espíritu. Pero, al mismo tiempo, nos movemos por ciudades italianas muy diferentes: Génova, Roma, Palermo... Toda una mescolanza enorme.
Con vigencia
-La Italia de principios del siglo XX. ¿No queda muy lejano?
-En absoluto, todo lo que toca Pirandello sigue vigente hoy, mañana y pasado. Es nuestro sino humano, todos los sentimientos de los que habla se mantienen, nos podemos sentir reflejados en cada uno de los personajes.
-Quizás por eso recurre Pirandello a 'tantas voces'. Decía que «todos vivimos vidas que no queremos vivir»...
-...y andamos buscando un autor que nos despierte, que nos haga reflexionar cuando salgamos del teatro, pero que también nos haga pasar un buen rato.
-Desde luego, en estos cuentos hay mucha fantasía.
-Sí, en 'La casa de Granella', por ejemplo, hay un fantasma incordiando a los habitantes, que meten en juicio al propietario para que les devuelva el dinero o eche al fantasma. Es totalmente rocambolesco.
-Como vivir tantas historias a la vez..
-También es divertido.
-Lo será, porque usted se ha habituado a vestir diferentes trajes...
-Bueno, más bien estoy acostumbrado a vestir con bata blanca.
-Y recurre al teatro y al cine para oxigenarse.
-Efectivamente. Con el permiso y la fluidez de la productora para poder hacer otros proyectos, tengo manga ancha.
-Pero formar parte de una serie tan consolidada como 'Hospital central' dará seguridad.
-Claro, vamos a hacer once años ya.
-Todo un récord en los tiempos que corren.
-Es cierto, tengo ya casi más carrera de médico que de actor.
-Y eso que no le gustaba la Medicina...
-No me atrae nada, soy muy hipocondríaco y aprensivo con el cuerpo por dentro. Pero, vamos, en el plató ni huele a éter ni las agujas pinchan (se doblan).
-Menos mal, porque el doctor Sotomayor es prácticamente ya su 'alter ego'.
-(Risas). Bueno, no cabe duda de que la serie es un trampolín, un escaparate para que te vean trabajar y una ayuda porque sirve de práctica para estar engrasado. Es verdad que la televisión es un medio totalmente diferente al teatro, pero al fin y al cabo es trabajo y te mantiene activo.
-Además, también tiene una productora...
-Sí, precisamente ahora estamos a punto de estrenar el largometraje 'Malas noticias', que produje hace dos años y que ha recorrido varios festivales.
-Sus días parecen tener más de 24 horas.
-Ni yo mismo sé cómo lo hago, la verdad, me administro bien (risas). Soy bastante hiperactivo.
-Y también saca tiempo para ir al cine.
-Sí, me encanta, lo adoro. Además, soy realmente un espectador muy generoso porque me gusta todo tipo de géneros, sin distinguir nacionalidad.
-Tampoco se resiste a la música.
-Sí, también me gusta mucho, como la lectura, los deportes...
-¿Y se atrevería con un musical?
-No, no, conozco mis limitaciones (risas). Hombre, nunca se sabe, igual empiezo a prepararme y a lo mejor entono algo, pero lo mío va por otro lado. Quizás un 'Hospital central musical' (risas)...

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