RODAJE | Falta de oxígeno en el rodaje
Un 'Hospital Central' donde nadie llega
Vídeos y fotografías: Zoe Rodríguez
Una vaca se cruza en el camino, con paso lento, cansino. Es la única señal de vida después de un largo rato. Su caminar rompe un paisaje pedregoso, inerte, rodeado por montañas. El trayecto dura algo más de una hora. El todoterreno encadena bache tras bache, por lo que resulta imposible que el cuerpo vaya sentado en el asiento. A medida que recorre kilómetros los pulmones notan la falta de oxígeno. El 'Hospital Central' queda a más de 10.000 kilómetros de distancia. Estamos en el altiplano peruano, a más de 4.200 metros de altura. Aquí rueda esta serie de Telecinco dos capítulos de su 18ª temporada, que Telecinco estrena esta semana, posiblemente el miércoles.
Un momento del rodaje en el colegio.
Cuando es impensable cruzarse con algún resto de vida, un pequeño pueblo aparece en el horizonte. Casas pequeñas, de aspecto endeble. En la plaza hay un colegio, al que trata de acceder el camión que lleva el material de rodaje. Un vehículo que parece sacado de mitad del siglo anterior, con chófer, mujer y tres niños. El equipo de la serie descarga para poder rodar la escena, que será en el comedor del colegio. Todo como si fuera a cámara lenta, lo que parece una utopía tratándose de un rodaje, donde siempre se va contrarreloj.
"El principal problema es la altura. La falta de oxígeno provoca que el tema físico sea muy delicado", explica Tano Juárez, director de la serie. "A la hora de cargar y descargar, es fundamental guardar energías porque la gente se agota muy rápido", añade Francisco Pérez, director de fotografía. Cada vez que se cambia de escenario, hay que cargar y descargar todo del camión.
La escena se graba en el comedor del colegio. 150 niños, repartidos en turnos, entran y salen. En sus pómulos se refleja la fuerza del sol a esta altura. Están quemados. Miran a todos los lados: las cámaras, los focos, los actores... "Reaccionan un poco extrañados porque no es normal ver tanta gente extranjera, pero están contentos porque saben que es beneficioso para ellos", apunta Andrés Torres, presidente de Global Humanitaria. "Tenéis que estar como si la cámara no estuviera aquí", es la orden de un miembro del equipo. Es una toma difícil por el sonido: los niños hacen ruido y no se oye a los actores, pero tampoco pueden estar en silencio y quietos porque no parecía algo real.
Mientras el equipo ultima todo para rodar la escena, una chica y un chico salen disparados hacia los columpios del patio. No son alumnos de la escuela. Son actores, Adriana Ugarte y Antonio Zabálburu, Natalia y Javier en la serie, que se han desplazado hasta Perú. Él viaja hasta el país andino tras el secuestro de Laura, que trabajaba como cooperante. Xonoce a Natalia, compañera de Laura, con la que iniciará la búsqueda y con la que entablará una relación muy especial. [Vea cómo viven el rodaje los dos actores]
Ugarte es uno de los fichajes estrella de esta temporada: "Tras 'La Señora', me decidí por 'Hospital Central' por la trama y el personaje. Yo eso de me voy de la tele porque quiero hacer cine, jamás lo diré. Acepté porque es una serie de mucha calidad y el equipo es como una familia. Me siento muy viva y creo que eso lo van a notar los espectadores".
Si un rodaje en exteriores ya es de por sí especial, hacerlo en otro país entraña más dificultades. Antes de grabar, se ensaya varias veces el movimiento de los actores y los diálogos para ver cuáles serán los movimientos de las cámaras. Juárez y Pérez estudian los planos y la luz. La orden de rodaje señala una temperatura diurna de 24 grados, que baja hasta los cinco por la noche, y un 0% de probabilidad de lluvia.
Los actores ensayan el guión ante la presencia de Tano Juárez, el director.
Pero las nubes tapan y descubren el Sol constantemente, lo que supone todo un quebradero de cabeza. Al final, descarga una tormenta. "Necesitamos un filtraje especial porque la capa de atmósfera es la mitad que a nivel de mar. Tenemos que suavizar las sombras tan duras que se generan y, claro, no contamos con los medios de Madrid", confiesa Pérez.
Tras acordar cómo rodarán la escena, Juárez corre hacia su puesto. Se para en seco: "¡Ah, no, que prisa mata!". Y ralentiza su paso como un regular de Melilla. Los pulmones avisan. Llega a su sitio y echa mano de un espray de oxígeno, que es el juguete de todo el equipo. Le da tres caladas: "Soy un yonqui del oxígeno", bromea. Otros ni siquiera se atreven a meter aire en el cuerpo. La gastroenteritis ha sida una cazadora letal y ha capturado a la práctica totalidad del equipo. "Lo que más me preocupa es el equipo, que todos vuelvan bien", admite Cristina Castilla, directora de ficción de Videomedia, la productora de la serie. "Al final, todos los rodajes salen, aunque se retrasen. Es asumible. El factor humano es lo más importante".
A diferencia de otras productoras que prefieren contratar la mano de obra y el material en el país de origen porque es más barato, Videomedia apuesta por llevar desde España el personal y el material fundamental para el rodaje. Contrata elementos puntuales. "Cuando vas fuera siempre es una lotería", confiesa Polo. "Aquí hemos tenido problemas con la Stady porque no nos puede dar los planos que queremos". También contrataron los efectos especiales para un tiroteo nocturno. Una escena que inquietaba a Juárez. "Nunca hemos trabajado con efectos especiales de Perú y estoy algo inquieto porque conozco anécdotas reales en las que se ha utilizado fuego real y no de fogueo". Hubo disparos, pero no heridos. [Vea un 'making of' del rodaje]
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