Entrevistamos a Concha Velasco
La actriz Concha velasco nos cuenta cómo a los setenta años se marca nuevos objetivos en su carrera tras superar “el miedo a hacerse mayor” y “esa tontería de querer ser eternamente joven”. Nuestro compañero Rafael Olea la ha entrevistado para la revista Pacientes, que realizamos desde Servimedia:
Se ha mantenido en un primer plano desde que comenzara a actuar en la década de los cincuenta. Hoy, tras una carrera plagada de éxitos, disfruta planteándose nuevos retos al participar en series de éxito como ‘Las chicas de oro‘ u 'Hospital Central'. En esta entrevista, nos ofrece algunas claves sobre sus personajes, así como su visión de temas tan importantes como la salud o el paso de los años.
Salud, dinero y amor. ¿En ese orden?
Sí, absolutamente. La salud, sin duda, es lo primero. Ahora bien, no sé en estos tiempos si sigue siendo válido lo del dinero. Lo cierto es que, teniendo salud y amor, se lleva mejor lo de no tener dinero.
En su carrera no ha habido muchos papeles dentro del sector sanitario. Hace años fue ‘chica de la Cruz Roja’ y recientemente ha rodado en ‘Hospital Central…
Sí, no me he prodigado mucho. La verdad es que he tenido la suerte de poder rodar en ‘Hospital Central’, una serie que sigo desde que empezó. Cuando me ofrecieron el papel y vi el guión, me encantó el personaje, que es una especie de abuela coraje que se dedica a su hijo hasta que se pone enfermo. Convierte el hospital en un circo mediático con la prensa y acaba enfrentándose al doctor Vilches.
¿Qué opinión tiene de los doctores más conocidos de la televisión: Vilches y House?
Entre los dos doctores más conocidos, me quedo, sin duda alguna, con Vilches. Es un personaje que me encanta, y, además, es mucho más creíble. Me cae mucho mejor que House, siempre tan antipático. Me quedo, sin duda, con ‘Hospital Central’. Me encanta haber participado en dos episodios de esta serie interpretando a un personaje estupendo.
¿Qué sintió al rodar en un hospital?
Ufff. La verdad es que el primer día me puse nerviosa. Me ha sorprendido muchísimo el decorado, que da la sensación de estar en un hospital real.
En la vida real, ¿es Concha Velasco una buena paciente?
La verdad es que no me siento cómoda en ningún hospital. Por eso, una de las cosas buenas que tiene el decorado de ‘Hospital Central’ es que da la misma angustia y claustrofobia que, al menos a mí, me da cualquier hospital. La verdad es que soy muy buena enferma. Soy una chica muy disciplinada en todo, aunque no siempre cuando tengo que hacerme revisiones.
Tras hacer de mala en ‘Herederos’, cambia de papel en ‘Hospital Central’ o ‘Las chicas de oro’…
Sí, tengo suerte de poder cambiar de papeles. Lo cierto es que no me gusta encasillarme y, por ello, procuro interpretar distintos papeles. Recuerdo que cuando hice de Santa Teresa, interpreté justo después a Mata-Hari. Siempre busco algo nuevo. Me apetecía volver a la televisión después de ‘Herederos’, donde mi papel de Carmen Orozco cayó muy bien, tal vez porque los malos gustan mucho al público. Quizá porque todos tenemos algo bueno y algo malo dentro de nosotros.
Últimamente interpreta papeles seniors…
Sí, y no me disgusta. Creo que una de las cosas bonitas que estoy viviendo es haber realizado la obra de teatro ‘La vida por delante’. En ella, hago de vieja encorvada, con la mirada perdida. Me gustó muchísimo este personaje. Después, cuando fui a rodar a ‘Hospital Central’, pregunté si me ponía canas o rulos, pero me dijeron que no, que me pusiera tal y cómo soy. Me dije, ¡caramba, si es que tengo setenta años! Me he dado cuenta de que, a partir de ahora, me he quitado esa tontería de querer ser eternamente joven, no hace que falta que me ponga una peluca con canas, ni que intente ir cojeando o encorvada, es que ya soy así, así que (risas) desde ahora ¡me voy a forrar a hacer papeles de abuela!
Y sin retoques…
Siii. ¡Por supuesto! Todo natural. Además, como no me he operado de estética no tengo esa cosa rara en la boca que tanta rabia les da a los de fotografía. En cuanto a otros temas… He decidido que, en lugar de operarme, cuando quiera estar más mona me pongo un pañuelo, ¡y listo!
¿Tuvo miedo a hacerse mayor?
Sí, la verdad. Hace solamente cinco años estaba muy descontenta de mí misma. Me quería retirar y jubilar porque me daba miedo hacerme mayor, no sólo en la vida, sino también en el cine y el teatro. Esto llegó hasta tal punto de que retiré las fotografías de mi casa y no quería saber nada… Pero, como tengo ese carácter tan fuerte, tan de militar, tan de Valladolid, tan de maestra, que me encanta y reivindico… Pues me queda seguir así, siendo tan lúcida como en este momento.
¿Cuál es el secreto para tener esa vitalidad?
Me gusta la vida, tengo buena salud y me gusta mi trabajo. En estos momentos, vivo una etapa de felicidad y reconocimiento de mí misma. Es algo que se han pasado aconsejándome durante muchos años: te tienes que querer a tí misma, hay que aceptar el paso del tiempo… Todo hace que me quiera una barbaridad. Estoy encantada.
¿Cómo le ha ayudado ese carácter?
Me ha ayudado, sobre todo, para darme cuenta de que en estos momentos no tengo ningún problema personal. Lo importante es que mis hijos tengan buena salud y sean felices, así como que materialicen el trabajo que parece que les sale. Sobre mi vida anterior, no me interesa en absoluto. Di carpetazo.
Aparte de actuar en televisión, ¿seguirá haciendo teatro?
En parte, quisiera retirarme del teatro porque es muy duro. No es la mina, como diría Serrat, pero es muy duro salir al escenario todos los días, hacer el mismo papel y que, encima, parezca que es la primera vez que lo haces.
¿Cómo valora la situación actual del teatro?
Creo que lo cierto es que nunca ha dejado de estar bien. Me parece injusto decir que ahora está bien y antes no. No podemos olvidar la época de los setenta con Nuria Espert, Marsillach, Isabel Garcés… En lo que sí hay una diferencia es que ahora los ayuntamientos y las comunidades autónomas han invertido y, afortunadamente, hay más teatros en todas las ciudades.
Con tantos éxitos alcanzados en su carrera, ¿siente que algo le queda por hacer?
Me gusta tanto mi trabajo, que es mi vocación y me hace tan feliz… Me gustaría hacer en el escenario lo mismo que hacen los cantantes que recuerdan todas sus canciones. A mí me gustaría recordar partes de las obras de teatro que he interpretado, tanto dramáticas como musicales. De momento no hay un productor que apueste por ello.
Manuela Velasco, su sobrina, sigue sus pasos como actriz…
Así es. Parece una actriz americana y digo esto en el mejor sentido de la palabra. ¡Qué guapa sale! Manuela tiene como virtudes la espontaneidad, como demostró en la gala de los Oscar de Canal Plus. Me encanta su frescura. Además, si algo ha heredado de su tía es la ilusión por el trabajo.
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