HC:MC: Pablo Carbonel: Posaría gratis para Playboy

Pablo Carbonell: «Posaría gratis para 'Playboy'»

El polifacético periodista canta y actúa en Galicia la semana próxima

ANA RODRÍGUEZ
REDACCIÓN / LA VOZ
5/2/2011

Se ríe sin parar de su personaje en la serie Hospital Central, «un tarado que dice lo que piensa sin ningún pudor». «Ojalá hubiera más gente así. Ojalá yo mismo fuera así», dice. A juzgar por sus respuestas, tampoco él se muerde mucho la lengua.­

-Defínase.

- Soy un hombre que busca el sosiego y la tranquilidad.

-Cualquiera lo diría...

- Bueno, pues digo otra cosa. A veces soy tierra, a veces pescado, a veces carne... En Galicia voy a ser todo. Un empacho.

-Porque la semana que viene actúa y también canta en Galicia.

- ¿Tienes tiempo? Apunta: llego el martes y voy a un programa a la tele, el miércoles a otro y canto por la noche en Vigo, el jueves hago promoción, el viernes actúo en Vigo con La curva de la felicidad y canto en Pontevedra; vuelvo a dormir a Vigo y al día siguiente actúo en Pontevedra y canto en O Porriño. Y el domingo dejo a la compañía en el aeropuerto -porque también soy su chófer- y canto en A Estrada. El lunes, lo que quede de mí, aterrizará en Madrid para grabar Hospital Central, que vamos a hacer más capítulos

-Supongo que le pagarán bien.

- Pues no. Fatal. Por eso trabajo.

-¿Qué vena sonará en sus conciertos, la irreverente de Toreros Muertos o la romántica?

- Un poco de todo, pero sobre todo la de un tipo que tiene la obligación de dar las buenas noches y entregar el corazón.

-Tiene muchas caras. ¿Con cuál se identifica más?

- En la de cantante es en donde más soy yo. En el teatro es otra cosa. Fíjate ahora con la noticia de la desgracia de Toni Cantó, y esa misma noche tuvo que subirse al escenario?

-Y mucha gente no lo entendió.

- Pues te digo que es perfectamente comprensible. En un escenario haciendo teatro no eres tú. Te evades.

-Usted creó el mito de Espe en la época gloriosa de «CQC». ¿Qué piensa ahora cuando la ve?

- Que he creado un monstruo [risas]. Aún hay gente por la calle que me recrimina: «Hay que ver la que está montando tu novia». Y yo me excuso: «Bueno, sí, yo no esperaba que cogiera tanto vuelo». [Más risas]. Pero lo cierto es que Esperanza Aguirre demostró inteligencia, paciencia y capacidad de encaje.

-Fundaron un nuevo periodismo. ¿Se ve ahora muy imitado?

- Sí. Y por gente que no tiene gracia ninguna. Yo los miro y digo: «Mira, estos son hijos nuestros». Pero también me dan pena, menos mal que no estoy en la piel de ellos.

-¿Por qué? Era entretenido.

- Entretenido era verlo. Hacerlo era durísimo.

-Tendrá miles de anécdotas, como la comida en la Moncloa.

- Eso ya lo conté muchas veces, pasemos página. A ver, pienso en alguna anécdota...

-Hubo una que enfadó a los gallegos por imitar el acento.

- Sí. No estuve muy afortunado ese día. Pero yo empecé el reportaje haciendo de gallego porque se me había pegado el acento, es verdad. Para nada quise humillaros, que me parecéis una gente deliciosa.

-¿Qué no haría por dinero?

-No trabajaría nunca en OT, porque una gente que ha empobrecido tanto la música popular española no merece mi consideración. Tampoco atropellaría linces. Y no dejaría de comerme un centollo según aterrice en Galicia.

-¿Y qué haría gratis?

-Posaría para Playboy. Siempre he tenido mucha envidia de las chicas que salen en esa revista. Y pienso: «¿Por qué no me llamarán a mí?».


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